martes, 1 de diciembre de 2015

MIRA EN LO QUE TE HAS CONVERTIDO ....




Ser pilar de una familia ensamblada es una responsabilidad que se adquiere con consciencia. Cuando una pareja vive con hijos de un matrimonio anterior tienen que trabajar mucho en conjunto; ponerse en los zapatos del otro es indispensable, la comunicación se vuelve en una pieza clave en todo momento, también se requiere de mucha inteligencia y poco ego, pero sobre todo de mucho amor y voluntad - que para mi es lo mismo -.

Pero no es para asustarse demasiado, además, te garantizo que la recompensa es grande, sobre todo cuando aprendes a ver lo bueno de la situación, así que en eso nos enfocaremos.

La pareja es más feliz
¿Qué mayor felicidad que tener bajo el mismo techo a tus hijos y al hombre/mujer que amas?. Te sientes tranquilo sabiendo que estás dándote y dándoles a tus hijos la oportunidad de tener un hogar y una familia. 

Desarrollas tu capacidad de amar. 
Puedes llegar a sentir un profundo amor por los hijos de tu pareja y ser correspondido, aunque también puede ser que no se den las condiciones para que esto suceda, pero aún asi, el acoger, recibir y servir a alguien que lo necesita, ya es un acto de amor.

Disminuye tu ego y se desarrolla tu inteligencia.  
Hay ocasiones de que los hijastros, esos a los que cuidas y procuras como tuyos, son hijos también de alguien que no está feliz de tu existencia, y no pierde oportunidad para manifestarlo abiertamente, generando en tus hijastros un sentimiento de culpa, y de rechazo hacia a ti por lealtad a su padre/madre. Aún así, tu no dejas de ser su madrastra/padrastro. Entonces, empiezas a desarrollar una inteligencia que te permite comprender que damos lo que somos, quien es amor, da amor, quien es odio, da odio; no lo tomas personal. Llegas incluso a sentir lástima por ellos, y tu labor se vuelve aún más valiosa por querer a los hijos de quien te odia... es fuerte, pero cierto.

Encuentras el amor propio
Te valoras y te reconoces como el  gran ser humano que eres. Te sientes orgulloso del reto que has tomado. Esto lo descubrí gracias a una fan que me comentaba que su página de Mujeres Divorciadas tenía muchos, pero muchos más seguidores que la nuestra de Familias Ensambladas y Reconstruidas; sinceramente no me sentí mál, pero si me puso a pensar el por qué sucedía ésto, y llegué a la conclusión de que son mucho más las personas que se quedan estancadas en el duelo (lo cual respeto y me apena) y son mucho menos las que lo superan y deciden continuar con su vida. Así que considérate de los pocos valientes y afortunado de contar con alguien que haya despertado en tí la fe en el amor y en la familia.

Aprendes a establecer límites. 
Hay personas o situaciones que pueden intentar desequilibrar a tu familia. Decir "basta" no es tirar la toalla, ni falta de amor. Alejarte de las situaciones y personas que no están en  sintonía con la familia que quieres,  que no suman, sino restan, es respetarte a ti y proteger lo que están construyendo, es cuidar tu salud mental. Recuerda que son una familia, no hay bandos. 

Das un excelente ejemplo a tus hijos
Los hijos que reciben a los hermanastros reciben una maravillosa lección, el compartir. Ellos dejan de ser los amos y señores de su casa para compartir desde la atención hasta el espacio. Los hijos se enorgullecen de sus padres porque ven un corazón bueno en ellos, recordemos que nuestros hijos aprenden con nuestro ejemplo.

Te vuelves más versátil
Puede ser que tú llevabas un ritmo con tus hijos, y de repente recibes a un hijastro/a más pequeño o más grande; tendrás, en poco tiempo, que ir entendiendo sus necesidades y hacerlo entender las tuyas. Es como saltar de primaria a a preparatoria o viceversa, pero una vez que logras entender y aceptar estos cambios, empiezas a disfrutarlos. Conforme los hijos van creciendo, las necesidades y la forma de educarlos cambia; los bebés se hacen niños, los niños se convierten en adolescentes y los adolescentes en adultos. Las reglas se intensifican para algunos mientras que para otros se relajan un poco. Hay que saber tratar a cada integrante de acuerdo a sus necesidades y a su carácter, 

Te sientes muy orgulloso/a de ti
Es evidente que eres especial, Dios tiene grandes planes para ti; eres quien puede ayudar a sanar el corazón de un niño/a que sufrió el divorcio de sus padres, eres quien puede dar esperanza de una familia, eres alguien por quien creer que si se puede. Tienes la capacidad de ser madre/padre de tus hijos y el apoyo para otros que no son tuyos, pero igual tendrás que estar ahi como si lo fueran.

Eres más consciente de la felicidad
Al haber más seres en tu vida, también hay más oportunidad de descubrir la belleza en cada uno y lo bueno que trae a tu familia. Mas bendiciones llegan a ti, cuéntalas, valóralas y agradécelas. Algún día los hijos se irán, formarán su propia familia y lo que quedarán son los recuerdos, haz que éstos les traigan alegría, orgullo y satisfacción. 

En el camino te aseguro que vas a encontrar una y mil situaciones que te harán preguntarte si tomaste la decisión correcta, eso sólo lo sabrás tú, en esta ocasión sólo te escribo para que, si llegas a preguntártelo, encuentres aquí parte de la respuesta. 

Creado y escrito por R. María Aguilera




martes, 29 de septiembre de 2015

Los hijos del "Te odio"



Me pareció muy interesante este artículo así como oportuno para identificarlo con los hijos de padres divorciados, y se desarrolla mas o menos de la siguiente manera.

El padre, que es quien generalmente sale del núcleo familiar, siente una tremenda culpa, entre otras cosas, por no estar más con sus hijos, siente que la vida de ellos pasa y se va sin que él se de cuenta, aunque esté presente de alguna manera, para él es una terrible pérdida y evita a toda costa cualquier conflicto directo con ellos porque no quiere "malgastar" el poco tiempo que está con ellos, en disciplinarlos, educarlos o ponerles límites, se convierte en el amigo y proveedor de sus hijos. Hay padres (he incluso madres) que en un acto irresponsable le dicen al hijo mayor que ya es el "hombre de la casa", sin darse cuenta del gran peso que están dejando en su hijo, una responsabilidad que no le corresponde, pero que el niño puede llegar a adoptar y las consecuencias serán desastrosas más adelante, pues éste llegará a sentirse la autoridad de la familia aún por encima de la madre. 

Por otra parte, la madre puede sentirse sobrepasada ante la responsabilidad que tiene ante si, generalmente recibe ayuda de sus familiares y ella aprende a delegar su papel y responsabilidad, llega a pensar que vivir con sus hijos es "hacerse cargo"  de ellos, pero no siempre es así y si sus hijos detectan esta incapacidad por parte de su madre, ellos toman el mando convirtiéndose en los amos y señores de esa familia. 

Los hijos del "Te odio" se saben víctimas del divorcio de sus padres y de todas las decisiones que se generan a partir de ahi, realmente lo son, pero pueden utilizar esta definición de víctimas en su beneficio. 
En el proceso también sufrieron y vieron sufrir, aprendieron con el ejemplo de lo que había a su alrededor y aprendieron a subsistir. Los hijos del "Te odio, como cualquier otro niño, pidieron a gritos límites, disciplina, atención, un regaño, pero no lo tuvieron, no importa lo que ellos hicieran, las niñas siempre eran "princesas" y los niños "campeones", y así había de tratarlos. Desarrollaron cero tolerancia a la frustración y cuando salen al mundo son incapaces de vivir en una realidad donde a veces se gana y a veces sólo se aprende. Los hijos del "Te Odio" aprendieron a sustituir sus carencias y a esconder su dolor evadiéndose a través de medios electrónicos, internet, redes sociales, amigos, vicios, etc.. 

Padres, tomemos responsabilidad de nuestros actos y de nuestras omisiones. Un hijo que dice que te odia, no te lo dice porque no le das algo que quiere, te lo dice porque en el fondo, siente que le debes mucho, es decir, aún con todo lo que le has dado, le sales debiendo. Busquemos qué es lo que les debemos, tal vez estemos a tiempo de dárselo.

Creado y escrito por R. María Aguilera

viernes, 25 de septiembre de 2015

LO QUE LAS MAMÁS DIVORCIADAS DEBERÍAN SABER SOBRE LAS MADRASTRAS


LEI UN CAPITULO DEL LIBRO "SKIRTS AT WAR" (FALDAS EN GUERRA) DE JENNIFER NEWCOMB, QUE TRATA DE LOS CONFLICTOS ENTRE LAS MADRES DIVORCIADAS Y LAS MADRASTRAS QUE CUIDAN DE LOS HIJOS DE ÉSTA. ME PARECIO INTERESANTE Y AQUI ESTÁ LA TRADUCCION.

1. Ella no está jugando a la casita con tus hijos y tu ex esposo. Las madrastras están tratando de construir su propia familia, una familia real que incluye a su esposo y los hijos que no son de ella o de ambos.
Algunas desarrollarán amor por sus hijastros, otras no, pero están haciendo lo mejor para asegurar que aún asi, ellos crezcan sintiéndose felices y queridos.
Ellas están alimentando un matrimonio y tratando de encontrar su rol en la vida de su hijastro. Mientras tú conoces el lugar que tienes en la vida de tu hijo desde el día uno, ellas pueden pasar años tratando de encontrar el suyo. 

2. No se trata de TI..
La prioridad de una madrastra es su matrimonio. Cuando ella hace algo por sus hijastros, su motivación no tiene nada que ver contigo. No se trata de hacerte quedar como la mala o que te sientas "menos que". La motivación es la seguridad y la felicidad de sus hijastros; la motivación es el amor que ella tiene por su esposo. Ella está tratando de hacer lo correcto - justo como tú lo harías.
Del mismo modo, cuando ella apoya a su esposo, la intención no es ir "contra" ti. De hecho, hay ocasiones donde la madrastra puede ponerse del lado de la madre biológica aunque no lo sepas.

3. Las madrastras se sienten impotentes y solas frecuentemente.
Las madrastras no tienen derechos legales con sus hijastros. Ellas entienden esto; sus hijastros ya tienen una mamá y un papá, pero se dificulta cuando son rechazadas para obtener algo tan simple como un documento para su hijastro o cuando un doctor no quiere dar ninguna información sobre ellos aún cuando ellas son los que lo llevan a su cita y le dan la medicina. Es algo difícil de digerir, especialmente para las madrastras que han estado al cuidado de sus hijastros desde pequeños. Esto puede hacerla sentir insignificante, es un sentimiento que solamente otra madrastra puede entender.
Además, las madrastras frecuentemente son impotentes cuando se trata del comportamiento de sus hijastros. Esto es una lucha, porque son afectadas por el comportamiento indeseado de sus hijastros pero no tienen la autoridad para hacer algo al respecto. Si tienen suerte, su esposo será un apoyo para escuchar sus preocupaciones pero no siempre se da el caso. 
4. Cuando llamas a su casa, en ocasiones se siente extraño e inoportuno. Las madrastras saben que tienes el derecho de llamar a tus hijos frecuentemente, y entienden que necesites hablar con tu ex ocasionalmente sobre asuntos de sus hijos, pero aún así se siente como una intromisión.
Las madrastras están constantemente buscando la manera de vincularse con sus hijastros. Cuando los llamas con demasiada frecuencia, este acercamiento se pierde. La madrastra puede sentir como si te estuvieras colando en todos los aspectos de sus vidas.

5. Las madrastras no cruzan tus límites a propósito, ellas simplemente no pueden verlos.
Muchas mamás se quejan de que las madrastras están tratando de "emparentar" con sus hijos. Pero el problema fundamental parece ser que lo que para las mamás es considerado como "emparentar", para las madrastras es ser responsable o apoyar a su esposo. 
Las madrastras desearían tener un libro de reglas. Ellas quisieran que las situaciones fueran blanco/negro, quisiera que pudieran estar al mismo nivel que papá y mamá y saber cómo manejar cada situación, pero no es asi. Es en este punto donde una comunicación neutral y abierta podría ser una ventaja para todos.
Desafortunadamente, para muchas madrastras, la primera experiencia con la mamá es una llamada telefónica llena de carga emocional, un correo o un mensaje de texto diciéndole que no tiene el "derecho" de hacer lo que hizo. Para una madrastra esto se siente como una humillación. Se vuelve un shock porque -  otra vez - su intención era ayudar a su esposo y cuidar a sus hijastros. 

6. El matrimonio de una madrastra tiene un 60-70% de posibilidad de fracasar. Un estudio en Boston reportó que un 75% de mujeres encuestadas dijeron que si tuvieran que hacerlo de nuevo, NO se casarían con un hombre con hijos. Eso dice mucho acerca de las dificultades que una madrastra enfrenta.
Esto puede no tener ningún significado para ti, pero significa que tus hijos tendrán que experimentar el prolongado proceso de un segundo divorcio y lidiar con el duelo y las secuelas.

7. A las madrastras no siempre se les respeta y a veces son ignoradas por los hijastros. 
Hay muchas razones para ésto, la principal son los conflictos de lealtad agonizantes que sienten los hijastros. aún asi, lastiman. Una madrastra es sólo un ser humano. 
La vida no sólo es miel sobre hojuelas en la otra casa. Muchos niños se sienten extraños cuando tienen una madrastra. No saben lo que significa o qué hacer, así que simplemente la ignoran, lo cual es muy incómodo para cualquiera. 
Muchas madrastras no sienten un "amor incondicional". Cuando un niño se comporta mal, causa estragos, o hace una rabieta, los padres pueden enojarse y frustrarse, pero su amor incondicional lo hace soportable. Las madrastras no son tan afortunadas, no hay un amor incondicional que las rescate de querer gritar y correr al otro lado, llorar y no mirar atrás. Todo lo que ellas tienen son sentimientos difíciles sin un lugar donde ponerlos. Pero ellas regresan, día con día, porque creen que su matrimonio y su familia valen la pena.

8. Un simple "gracias" puede tardar demasiado
Las madrastras quisieran que les dieran un poco de crédito. Para muchas mujeres, ser madrastra es una de las cosas más difíciles que han hecho. A menudo sus necesidades se vuelven las últimas, sus itinerarios no tienen que ver con ellas y son afectadas por situaciones que ellas no crearon. Muchas madrastras cuidan muy bien a sus hijastros, recibiendo poco o nada de reconocimiento. Ellas no escuchan un gracias o reciben amor por parte de sus hijastros y tampoco apreciación por parte de nadie, excepto de su esposo - si es que tienen suerte.
Ellas hacen muchos sacrificios para estar con el hombre que aman, así que el que sólo se refieran a ella como "ella" (o aún peor) o ser completamente ignorada, puede ser hiriente. Qué no darían por un simple "gracias".
Realmente creo que esa clase de reconocimiento puede sanar heridas.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Decir "NO" es un acto de amor




Cuando estamos tratando de construir una familia ensamblada, inconscientemente solemos ceder a todo lo que se requiera para que esta nueva familia funcione. Muchas veces ni siquiera somos conscientes de todas las veces que decimos SI. Cuando esto sucede y no somos conscientes; en un período muy corto nos encontramos cubriendo roles que desconocemos, llevando a cuesta responsabilidades que no nos corresponden; llega el punto en el que tenemos que decidir entre hacer lo que realmente queremos, y hacer lo que los demás esperan de nosotros; y lamentablemente optamos por esta última. De alguna manera esta exigencia auto creada va creciendo, nos queremos convertir en super espos@s y madrastras/padrastros y demostrar que nuestro espíritu de servicio, sacrificio y amor es ilimitado e incondicional, y la realidad es que esto no es cierto...  y no es sano.

Lo que realmente sucede es lo siguiente: lo que al principio fueron detalles de buena disposición se convierten en obligaciones, y esa obligaciones se convierten en parte de un roll y como son parte de un roll se vuelven invisibles y por lo tanto no valoradas, cuando uno siente que no se valora su esfuerzo, entonces llega la frustración; en resumidas cuentas, nadie hace nada al 100% sin esperar nada a cambio, aunque sea un poquito de reconocimiento, aunque se diga a si mismo lo contrario.

Es por eso que antes de darnos al 100 o 1000% nos preguntemos ¿Por qué nos obligamos a decir que SI a todo, casi en automático? ¿Estamos cubriendo alguna necesidad de aceptación por parte de los demás? Si es así, pensemos que a quienes debemos demostrar de lo que somos capaces es a nosotras mism@s, valorarnos asi como somos, sin extras, sin desvivirnos en el intento. Somos personas de fe, de amor y de espíritu de servicio por supuesto, pero no somos super héroes y tenemos límites. Si piensas que eso es lo que tu pareja espera de ti, entonces no lo estás viendo como tu pareja, lo estás viendo como un hijo más.

Decir "NO" de vez en cuando, no te convierte en una mala persona. Decir "NO", significa que te respetas, que das valor a tus proyectos, tus prioridades, tu tiempo y tu salud y, sobre todo, que le permites a los otros integrantes de la familia que se responsabilicen por lo que les corresponde; no le quitas el derecho ni la obligación de ser lo que son. Decir "NO" también es un acto de amor.

¿Por qué no, antes de decir que si a todo, haces lo que tú esperas de ti?

Creado y escrito por R. María Aguijim





miércoles, 20 de mayo de 2015

A veces es mejor tener paz que la razón



Leí lo siguientes en una revista : “La madrastra es frecuentemente el miembro de la familia que es afectado por  decisiones en las cuales ella no tiene nada que ver. Esta es la realidad en una familia ensamblada y una de las razones por lo cual ser madrastra puede ser tan difícil. Una cosa es vivir con las consecuencias de tus propias decisiones pero otra muy diferente es tener que lidiar con las consecuencias de las decisiones que otros han hecho.

Tener un esposo que entiendas esto, y que toma los sentimientos de su esposa en consideración, es la diferencia entre tener un matrimonio feliz o dramático”.

Ahora, si sigues leyendo estas líneas es porque sabes de lo que te estoy hablando. A veces tenemos sentimientos encontrados, queremos apoyar a nuestra pareja pero al mismo tiempo eso significa que tenemos que aceptar y lidiar con las decisiones en las que nosotras no estuvimos involucradas o incluso ni siquiera se pidió nuestra opinión, o más aún, en decisiones que ni siquiera estamos de acuerdo.

Recientemente tuve un encuentro difícil con mi esposo debido a una situación de este tipo. Estuvimos disgustados casi dos días, pero una vez resuelto el asunto puedo afirmar que nuestra relación se fortaleció así como nuestro ánimo y compromiso para seguir adelante.

Quisiera compartir contigo lo que hicimos, esperando que si te encuentras en una situación similar, estos consejos puedan ayudarte.

Externar la molestia.

Tomé lápiz y papel y escribí lo que más me molestaba de la situación, después se la di a leer. Y fue muy breve porque me di cuenta que lo que me molestaba era más bien lo que yo sentía respecto al conflicto, no el conflicto en si. Lo que me molestaba era fácil de arreglar, lo que era difícil de arreglar era mi enojo, y entonces entendí que la única que puede controlarlo o desaparecerlo era yo, con una simple decisión:


Deshazte de tu verdadero enemigo.

Revisa cómo está tu ego. ¿No será éste el que está ocasionándote problemas? El querer que tu voluntad sea la que cuente sin importar nada más puede ser muy parecido a lo que te está molestando cuando viene de otras personas. No permitas que sea el ego el que manipule la situación, tu relación, tu paz interior; tu bienestar y el de tu familia está por encima.  Eso déjaselo a quienes necesitan tener reflectores.


Ponte en los zapatos de tu pareja unos minutos.

Recuerda que él, al igual que tú es padre, tiene los mismos sentimientos que tú tienes por tus hijos, le duele lo mismo que a ti te duele y su deseo es verlos felices y en paz.; él hará, al igual que tú, todo lo posible por evitarles conflictos y si eso significa ceder a decisiones, al igual que tú lo harías, él lo hará. Hay padres y madres que no les importa lo mal que puedan verse ante sus hijos con tal de sentir poder y tener  la última palabra, si él no es de esos, estás con el que vale la pena. No hay nada más admirable que un buen padre que protege a sus hijos sin importar de quien, si estás con un buen padre, estás con un buen hombre.

Escoge lo mejor para ti.

Como siempre digo, no estamos solos, a veces la carga se siente pesada y nos olvidamos que Dios está con nosotros, pídele que te ilumine, y verás que si dejas que te guíe, te llevará a una paz interior. Elige siempre lo que te haga bien a ti, escoge la paz, quita con amor el conflicto de tu vida, sin resentimiento, al contrario, velo como una batalla ganada contra el ego y contra cualquier mala intención. Recuerda, a veces es mejor tener paz, que razón.
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Trabajo en equipo.


Todo este proceso tiene que ser vivido en pareja, no puede ser trabajo de uno solo, ambos deben estar en la misma sintonía y complicidad para que funcione. Entendamos que una familia ensamblada y reconstruida tiene la característica de tener una historia previa, donde no estábamos, por lo mismo, hay decisiones que no dependen de nosotros y eso no motivo de drama. Si nos damos cuenta, un conflicto es una oportunidad para demostrarnos la capacidad de amar, de ser flexibles, de aceptar y apoyarnos mutuamente, nos hace crecer en lo individual y como pareja. ¿Que no te acuerdas que esto es sólo para valientes?

Creado y escrito por R. María Aguijim




martes, 7 de abril de 2015

Menos expectativas, menos drama



Escuché de mi esposo una respuesta que no esperaba...  me quedé fría y no pude evitar sentir decepción por unos segundos...  No, por favor, no juzguemos, la intención es ejemplificar algo que seguramente a ti también te ha pasado.

Después de ese momento incómodo empecé a luchar contra el ego dramático/destructivo, un ego herido que me exigía responder con una respuesta aún peor. Hice un esfuerzo y logré silenciarlo; le pedí a Dios que me diera la inteligencia para pensar y actuar con madurez y objetividad, entonces poco a poco pude enfocarme en lo que es REAL; los hechos, y así, el comentario que escuché de la persona que yo pensé incondicional se fue disipando.

¿Por qué tenemos la costumbre de esperar reciprocidad a nuestros actos por parte de otros? ¿Por qué esperamos llenar nuestras carencias en otras personas? ¿Por qué sufrimos o nos decepcionamos, incluso enojamos, si los demás no corresponden a nuestra amabilidad o atenciones que damos "desinteresadamente"? 

Claro que me dolió y entendí que nadie es incondicional de nadie, sin embargo también me di cuenta que mi esposo tiene todo el derecho de pensar y actuar distinto a mis expectativas, es decir, entendí que amar de verdad es amar a lo real y no a lo que idealizamos - aunque aquí entre nos, en mi caso son muy parecidos. Entendí que no puedo exigir garantías de amor y obediencia incondicional porque es una falta de respeto, una forma de anular el derecho de ser de la otra persona, y eso no es amor. 

Han pasado algunos dias y a veces vuelve a mi mente ese incidente que me recuerda que debo ser más cautelosa y respetuosa respecto a las expectativas que tengo en los demás, tomo conciencia de lo que es real y saco de mi cabeza y de mi corazón todo el drama que no tiene razón de ser.

Recuerda, los hechos son la realidad, si éstos son causa de tristeza o decepción, entonces analiza si la relación en la que te encuentras cumple con tus expectativas y empieza a tomar decisiones. Si por otro lado, los hechos te indican que si eres una persona amada y respetada pero que simple y afortunadamente existen diferencias, sólo háblenlas y resuélvanlas con objetividad y amor. Sacúdete el drama y sigue adelante.

Creado y escrito por R. María Aguijim



lunes, 2 de febrero de 2015

Esas Malas Rachas

Esas temporadas, que pueden durar días, semanas, tal vez hasta meses y que les llamamos “malas rachas”. ¿Por qué se generan? La primera respuesta que me llega a la mente es “¿para qué?”. El problema es que nos damos cuenta cuando estamos inmersos en un estado de abatimiento, desolación, desesperación, derrotismo y tristeza; todo esto suena muy dramático sin embargo asi se siente cuando no encontramos solución o mejora a lo que estamos viviendo.

Sin embargo, la buena noticia es que podemos salir adelante de esa “mala racha” y aprovecharla a nuestro favor generando un crecimiento interno. Es por eso que a continuación menciono algunos consejos que espero te ayuden en ese proceso.

El Aquí y El Ahora
Pregúntate si lo que te angustia no es más lo que te imaginas que lo que realmente está sucediendo. Muchas veces sufrimos por situaciones que ni siquiera han llegado o ni se presentan, pero nuestra mente nos juega trampas y entramos en un estado de angustia por imaginarnos cosas que no existen. Claro, si sabes que existe la posibilidad de que la situación empeore, adelántate a los hechos y no te preocupes, más bien ocúpate de lo que tienes que hacer para evitar lo que no deseas.

Se observador
Significa salirte de tu estado de estress,  ansiedad o angustia por un momento, y ver la situación como un observador, en perspectiva, sin involucrarte, como si estuvieras viendo una película o como si estuvieras escuchando a una persona ajena hablar sobre lo que está sucediendo. Las cosas se ven mejor desde afuera, cuando uno está inmerso en una situación estresante, es muy difícil ver claramente. Esto te servirá para darle a la situación su justa dimensión. Haz este ejercicio tantas veces te sea posible, siempre soltando un poco más el sentimiento de angustia y sustituyéndolo por objetividad.

Introspección
Esto es observar dentro de ti. Trata de llegar al origen del malestar, ¿Qué decisiones tomaste para llegar hasta donde estás? ¿Qué tienes que aprender de todo esto? ¿En qué no estás actuando correctamente? Tómate tu tiempo para silenciar el ego, el temor y entra en un diálogo interno y honesto contigo mismo, escucha a tu intuición, y de ser posible, escribe todo lo que sientes, en esto encontrarás además de desahogo, la respuesta que necesitas.

Toma responsabilidad de tus actos
Generalmente tendemos a culpar a los demás o a las condiciones externas sobre lo que nos está pasando. Recuerda, lo que te sucede es resultado de las decisiones que tomas, únicamente. Nadie tiene el poder de hacernos sentir mal si nosotros no se lo damos, de otra forma lo que hacemos es dar el control de nuestra vida, de nuestros actos y hasta de nuestro estado de ánimo, y ahí ya estamos tomando una decisión.

Acción
Las “malas rachas” son simplemente una indicación de que no estás actuando correctamente, o de que lo que tú quieres no es lo mejor para ti. He aprendido que cuando las cosas se complican es  porque no estamos viendo todo el panorama, estamos enfocados sólo en una parte, revisa bien las decisiones que estás tomando, haz ejercicios de introspección honestos y escucha a tu intuición, yo la llamo la voz de Dios y no tomes decisiones apresuradas si no estás convencido, aunque si, debes dar pequeños pasos para moverte y fluir.

Fe
Alguna vez escuché que la fe es saber que vamos a recibir exactamente lo que necesitamos, no necesariamente lo que queremos. Hay que dejar actuar a Dios y aprender las lecciones que nosotros mismos elegimos a través de las decisiones.


Agradece lo aprendido
Todas las experiencias nos ayudan a crecer, el agradecer significa que hemos aprendido una lección que valoramos, algo que te servirá en un futuro y te permitirá estar más atento y tomar las decisiones correctas.


Creado y Escrito por R. María Aguijim