Esas temporadas, que
pueden durar días, semanas, tal vez hasta meses y que les llamamos “malas
rachas”. ¿Por qué se generan? La primera respuesta que me llega a la mente es “¿para
qué?”. El problema es que nos damos cuenta cuando estamos inmersos en un estado
de abatimiento, desolación, desesperación, derrotismo y tristeza; todo esto
suena muy dramático sin embargo asi se siente cuando no encontramos solución o
mejora a lo que estamos viviendo.
Sin embargo, la buena
noticia es que podemos salir adelante de esa “mala racha” y aprovecharla a
nuestro favor generando un crecimiento interno. Es por eso que a continuación
menciono algunos consejos que espero te ayuden en ese proceso.
El Aquí y El Ahora
Pregúntate si lo que
te angustia no es más lo que te imaginas que lo que realmente está sucediendo.
Muchas veces sufrimos por situaciones que ni siquiera han llegado o ni se
presentan, pero nuestra mente nos juega trampas y entramos en un estado de
angustia por imaginarnos cosas que no existen. Claro, si sabes que existe la
posibilidad de que la situación empeore, adelántate a los hechos y no te
preocupes, más bien ocúpate de lo que tienes que hacer para evitar lo que no
deseas.
Se observador
Significa salirte de
tu estado de estress, ansiedad o
angustia por un momento, y ver la situación como un observador, en perspectiva,
sin involucrarte, como si estuvieras viendo una película o como si estuvieras
escuchando a una persona ajena hablar sobre lo que está sucediendo. Las cosas
se ven mejor desde afuera, cuando uno está inmerso en una situación estresante,
es muy difícil ver claramente. Esto te servirá para darle a la situación su
justa dimensión. Haz este ejercicio tantas veces te sea posible, siempre
soltando un poco más el sentimiento de angustia y sustituyéndolo por
objetividad.
Introspección
Esto es observar
dentro de ti. Trata de llegar al origen del malestar, ¿Qué decisiones tomaste para
llegar hasta donde estás? ¿Qué tienes que aprender de todo esto? ¿En qué no
estás actuando correctamente? Tómate tu tiempo para silenciar el ego, el temor
y entra en un diálogo interno y honesto contigo mismo, escucha a tu intuición,
y de ser posible, escribe todo lo que sientes, en esto encontrarás además de
desahogo, la respuesta que necesitas.
Toma responsabilidad
de tus actos
Generalmente tendemos
a culpar a los demás o a las condiciones externas sobre lo que nos está
pasando. Recuerda, lo que te sucede es resultado de las decisiones que tomas,
únicamente. Nadie tiene el poder de hacernos sentir mal si nosotros no se lo
damos, de otra forma lo que hacemos es dar el control de nuestra vida, de
nuestros actos y hasta de nuestro estado de ánimo, y ahí ya estamos tomando una
decisión.
Acción
Las “malas rachas” son
simplemente una indicación de que no estás actuando correctamente, o de que lo
que tú quieres no es lo mejor para ti. He aprendido que cuando las cosas se
complican es porque no estamos viendo
todo el panorama, estamos enfocados sólo en una parte, revisa bien las
decisiones que estás tomando, haz ejercicios de introspección honestos y
escucha a tu intuición, yo la llamo la voz de Dios y no tomes decisiones
apresuradas si no estás convencido, aunque si, debes dar pequeños pasos para
moverte y fluir.
Fe
Alguna vez escuché
que la fe es saber que vamos a recibir exactamente lo que necesitamos, no
necesariamente lo que queremos. Hay que dejar actuar a Dios y aprender las
lecciones que nosotros mismos elegimos a través de las decisiones.
Agradece lo aprendido
Todas las
experiencias nos ayudan a crecer, el agradecer significa que hemos aprendido
una lección que valoramos, algo que te servirá en un futuro y te permitirá
estar más atento y tomar las decisiones correctas.
Creado y Escrito por R. María Aguijim
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