martes, 9 de diciembre de 2014

LA MADRASTRA EN PAZ TIENE UN HOGAR FELIZ



Ya sea justa o injustamente, la palabra “madrastra” tiene el estereotipo de una mujer de no muy buenos sentimientos; por ejemplo las madrastras de Blanca Nieves y La Cenicienta son las imágenes que para muchos viene a la mente al escuchar esa palabra, personas que se caracterizaban por hacer la vida vida de cuadritos a sus hijastros.

Hablando de Familias Reconstruídas reales, el papel de la madrastra puede ser visto de muchas maneras, positivas y/o negativas, y esto depende de varios factores como puede ser el tiempo que convives con ellos, la relación que se tenga entre ustedes,  la opinión que su madre tenga respecto a ti y aceptémoslo, lo conveniente que sea para ellos tu presencia.   El ser madrastra requiere de una preparación, no es algo que sea fácil ser y hacer bien y sobre todo, hay que entender que no siempre depende de ti el lograr una buena experiencia. Es por eso que es importante tomar en cuenta lo siguiente a fin de vivir tu “madrastridad” de la mejor manera.


LA DECISION ES TUYA

Si bien es cierto que seguramente conocías de la existencia de tus hijastros cuando decidiste unirte a tu pareja, también debiste o debes establecer los términos de convivencia que quieres llevar con ellos; puede ser que estés de acuerdo en compartir el hogar o tal vez no deseas involucrarte demasiado y prefieres una convivencia más esporádica como por ejemplo en períodos vacacionales y días de fiesta, o incluso, no deseas tener ningún tipo de contacto con ellos. Con el tiempo las necesidades cambian, también es importante hablar del futuro y las posibles modificaciones de convivencia que pueden surgir. La decisión sobre cómo y con quién quieres vivir es tuya; obviamente está descartado el pedirle a tu pareja que no los vea o que no se responsabilice de ellos, pero si no estás de acuerdo en cambiar tu estilo de vida o no consiguen llegar a un punto donde ambos se sientan a gusto, entonces es momento de detenerse y permitir a cada uno seguir el camino que mejor le parezca. Ahora, si ustedes ya lo hablaron y decidieron qué tipo de convivencia tendrán con los hijastros de cada uno, hay que respetar lo más posible y no hacer cambios drásticos que lleven a que alguno de los dos se sienta engañado o que esto implique un cambio que no se tenía contemplado o que no se había acordado.


LOS NIÑOS REPITEN LO QUE ESCUCHAN

Cuando se trata de niños pequeños, la opinión de la madre biológica es la única que existe y cuenta para ellos, en otras palabras, es ley. Cuando los hijastros han recibido comentarios negativos respecto a la nueva pareja de su padre, te conviertes en la “madrastra malvada” y esto puede desatar comportamientos agresivos o groseros hacia a ti que te pueden molestar y hasta causar discusiones con tu pareja, sin embargo, si usas la inteligencia emocional, analizas la situación y no respondes a las agresiones, es más probable que esos comportamientos no te afecten y que no pasen de eso. Si por el contrario,  su madre se expresa bien o simplemente no se hace ningún comentario respecto a ustedes, entonces los  niños están abiertos a formarse un juicio de acuerdo a su propia experiencia.  Aprende a distinguir su verdadera opinión. Trata siempre con respeto a tus hijastros y deja el asunto en manos de quién es responsable de su educación en tu casa, es decir, su padre.


NO TRATES DE OCUPAR EL LUGAR DE SU MADRE

Podría hasta decir que no trates ni siquiera de ser su gran amiga y no estoy diciendo que seas su enemiga, para nada, estoy diciendo que el objetivo es que ellos te vean como lo que eres, la pareja de su papá y que haya una relación de respeto de ambas partes, eso como mínimo. Recuerda que ellos siempre le guardarán fidelidad a la sangre, no trates de luchar o de ganar un lugar que  no te corresponde, hazte el tuyo propio a través de una relación de respeto y confianza, y poco a poco llegará el cariño.


APRENDE A ESCOGER TUS BATALLAS

Está justificado que la madre de tus hijastros opine respecto a temas relacionados con sus hijos, sin embargo, ese es el límite y hay que dejarlo muy claro para todos; cuando ese límite empieza a sobre pasarse y notas que quiere intervenir en la forma en que llevas tu casa, es momento de actuar y señalarle el lugar que le corresponde, ese es afuera. Si es inteligente y realmente su intención no era mala, entonces lo entenderá y hasta se sentirá incómoda; si no lo es, seguirá utilizando cualquier pretexto para seguir presente y se molestará constantemente. Lo más adecuado es seguir adelante, saca esa molestia de tu vida, simplemente ignórala.


DEDICATE A LO QUE REALMENTE IMPORTA      

El objetivo de formar una familia reconstruida es eso, ser una familia, en una familia hay unidad, hay confianza, hay amor, enfócate en eso principalmente, recuerda que no hay bandos, todos están en el mismo equipo, no hay mejor forma de educar y de que te conozcan más que con el ejemplo y la convivencia; no luches, fluye y permítete aprender de esta experiencia, con la convivencia todos irán adaptándose, unos con más trabajo que otros pero lo harán siempre y cuando se mantenga el respeto, la confianza y las reglas de la casa.


NO TE CIERRES AL AMOR

Al pasar del tiempo, a través de una relación de respeto y sana convivencia puede llegar a generarse el cariño, está atenta a esas señales; nunca niegues un abrazo, una palabra de consuelo o un halago si lo sientes. Cuando tus hijastros vean que no eres un problema en sus vidas, que eres una buena compañera para su padre y que se sienten a gusto en tu compañía, ellos empezarán a tomar sus propias decisiones y no te extrañe recibir un abrazo sincero.


El ser madrastra tiene momentos de alegría y de decepción, toma los momentos como vienen, no trates de ser perfecta ni esperes la perfección en nadie, vive el día a día con la mejor actitud y recuerda que tú eres responsable de tu vida y de las decisiones que tomas, te sugiero que tomes aquéllas que engrandezcan tu vida y que te hagan feliz a ti y a tu familia. 

Creado y escrito por R. María Aguijim