martes, 7 de abril de 2015

Menos expectativas, menos drama



Escuché de mi esposo una respuesta que no esperaba...  me quedé fría y no pude evitar sentir decepción por unos segundos...  No, por favor, no juzguemos, la intención es ejemplificar algo que seguramente a ti también te ha pasado.

Después de ese momento incómodo empecé a luchar contra el ego dramático/destructivo, un ego herido que me exigía responder con una respuesta aún peor. Hice un esfuerzo y logré silenciarlo; le pedí a Dios que me diera la inteligencia para pensar y actuar con madurez y objetividad, entonces poco a poco pude enfocarme en lo que es REAL; los hechos, y así, el comentario que escuché de la persona que yo pensé incondicional se fue disipando.

¿Por qué tenemos la costumbre de esperar reciprocidad a nuestros actos por parte de otros? ¿Por qué esperamos llenar nuestras carencias en otras personas? ¿Por qué sufrimos o nos decepcionamos, incluso enojamos, si los demás no corresponden a nuestra amabilidad o atenciones que damos "desinteresadamente"? 

Claro que me dolió y entendí que nadie es incondicional de nadie, sin embargo también me di cuenta que mi esposo tiene todo el derecho de pensar y actuar distinto a mis expectativas, es decir, entendí que amar de verdad es amar a lo real y no a lo que idealizamos - aunque aquí entre nos, en mi caso son muy parecidos. Entendí que no puedo exigir garantías de amor y obediencia incondicional porque es una falta de respeto, una forma de anular el derecho de ser de la otra persona, y eso no es amor. 

Han pasado algunos dias y a veces vuelve a mi mente ese incidente que me recuerda que debo ser más cautelosa y respetuosa respecto a las expectativas que tengo en los demás, tomo conciencia de lo que es real y saco de mi cabeza y de mi corazón todo el drama que no tiene razón de ser.

Recuerda, los hechos son la realidad, si éstos son causa de tristeza o decepción, entonces analiza si la relación en la que te encuentras cumple con tus expectativas y empieza a tomar decisiones. Si por otro lado, los hechos te indican que si eres una persona amada y respetada pero que simple y afortunadamente existen diferencias, sólo háblenlas y resuélvanlas con objetividad y amor. Sacúdete el drama y sigue adelante.

Creado y escrito por R. María Aguijim