martes, 23 de septiembre de 2014

Ser una Familia Ensamblada y Reconstruída

La realidad es que las familias ensambladas están constantemente en construcción, por supuesto que siempre hay un inicio y éste a su vez debió haber comenzado con el final de una historia previa, y en ese inter, seguramente hubo muchas decisiones que tomar, duelos que vivir, ciclos que cerrar, en fin.

Para construir una familia ensamblada se requiere de mucho valor, de madurez y sobre todo de voluntad. Valor porque se necesita creer y confiar en algo que no nos funcionó previamente, y que seguramente nos generó temores, inseguridades,  heridas, etc. Valor para dejar la comodidad y el egoísmo de dedicarse sólo a uno mismo y  a sus propios intereses. Valor para compartir lo que se tiene, lo que ha costado trabajo, pero sobre todo, valor para aceptar lo que ya alguna vez fue “usado” sin verle o reclamar las marcas del pasado. Valor para no empezar de cero.

La madurez para vivir la vida desde otra perspectiva, actuar de diferente manera a la que evidentemente no nos funcionó. Hay veces que no debemos tomarnos la vida tan estrictamente o pensar demasiado al grado de hacer callar al corazón, a la intuición o a la felicidad misma. La madurez de hacernos responsables de nuestras decisiones, cualesquiera que sean. Madurez para actuar con inteligencia emocional con el propósito de beneficiar a toda la familia  y no nada más a unos cuantos.

Voluntad es eso que nos hace dar un paso, no importa el tamaño, pero que nos mueve, y es más evidente en los momentos  difíciles. Es el “empujón” de Dios para que las cosas sucedan, la traducción correcta es: amor.

Nadie nos garantiza que una familia ensamblada no pueda fallar, que no fracase. Los desafíos a los que se enfrentarán serán los mismos de una familia “convencional” pero además surgirán aquéllos concernientes al proceso de acoplamiento que cada uno de los integrantes enfrente. El construir una familia ensamblada es una decisión de soñadores valientes de gran Fe, dispuestos a hacer un nuevo camino aún con equipaje a cuestas.

Creado y escrito por R. María Aguijim
https://www.facebook.com/pages/Familias-Ensambladas-Reconstruidas/611926938929889



domingo, 21 de septiembre de 2014

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Entre el sentir y el pensar, la emoción es la que guía nuestras decisiones.

Del mismo modo, el cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: LA INTELIGENCIA RACIONAL Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, y nuestro funcionamiento vital está determinado por ambos.

                                 EMOCIONES + PENSAMIENTO = SENTIMIENTO

La EMOCIÓN es una alteración del ánimo acompañada de la respuesta física inmediata, por ejemplo sudar, acelerar la respiración, ruborizarse, etc.

Los SENTIMIENTOS son el resultado de una emoción, es la etiqueta o nombre que uno le pone a la emoción por ejemplo: enojo, alegría, frustración, etc.. El vehículo que usa una emoción para expresarse, es más racional, la persona que tiene conciencia de un sentimiento tiene acceso al estado anímico propio y por ende, tiene acceso a su CONTROL. Pero, ¿Cómo se logra el control? A través de La auto observación…. Fíjate y pregúntate lo siguiente:

¿Cómo respondo a las distintas situaciones a las que me enfrento en el día a día?
¿De forma positiva o negativa?
¿Sintiéndome culpable o responsable?
¿Cuál es la calidad de mis pensamientos?
¿Qué emociones me generan?
¿Cómo actúo ante estas emociones?
¿Qué tipo de persona sería yo si no tuviera ese sentimiento negativo aunque el suceso siguiera repitiéndose?
¿Quién tiene el control?.....
Recordemos que para conseguir resultados diferentes, debemos hacer cosas diferentes a las que no nos han funcionado y que nos han dado resultados desastrosos.
Aquéllas situaciones que nos molestan puede seguir sucediendo, sin embargo, si las vemos en perspectiva, las analizamos y cambiamos la forma de lidiar con ellas y de reaccionar, podemos evitar que nos afecten o que el sentimiento que me generan (o genero) sea dañino.

          “No soy víctima, soy co-creador de mi vida. Todo lo que hago tiene una consecuencia”


La inteligencia Emocional nos ayuda a aprender a percibir los sentimientos propios a través de la auto observación, a entender cuáles son los detonantes de mis emociones, a expresar esos sentimientos y  canalizarlos positivamente  y finalmente a desarrollar empatía hacia los demás a través de la observación hacia las otras personas.

Escrito por R.María Aguijim



viernes, 19 de septiembre de 2014

LA HOJA EN BLANCO

Qué extraño puede llegar a ser empezar a escribir una historia cuando lo hacemos en una hoja en blanco que no se encuentra al principio del cuaderno. 
Queremos empezar un nuevo capítulo, pero algunos personajes de capítulos anteriores siguen apareciendo, siguen creyendo o queriendo ser los protagonistas, los villanos, los víctimas, etc; o simplemente quieren continuar en nuestra historia.

Así pasa con las segundas oportunidades, con las segundas nupcias, con los nuevos principios que en realidad nunca son principios, tal vez sólo son el principio del último capítulo. Cuando estamos en los cuarenta o más y hay que empezar de nuevo con un equipaje pesado en las espaldas, con responsabilidades que nosotros mismos en algún momento buscamos y nos creamos porque ya estábamos en edad de "sentar cabeza", porque esa persona "era la indicada" o porque "ya era hora".

Y bueno, aquí estoy con mis cuarenta y pico, fui una persona más en las filas del "reciclaje", de la "segunda vuelta" de las que son "valientes" y se animan, y lo hice por varias razones, algunas voy a compartir: Porque mi vida no se acabó cuando puse final a un capítulo, porque encontré a una persona que me hizo desear aplicar y sobrepasar todo lo que yo había aprendido por las buenas o no tan buenas, porque me amo y tengo mucho por amar y compartir.

Efectivamente, empecé un nuevo capítulo, en una hoja en blanco, sin embargo, si la observo, puedo ver algunas letras de las páginas anteriores, puedo ver que atrás de esa hoja hay algo escrito, pero también veo, que las hojas donde escribiré son mucho más gruesas.

Estas palabras van dedicadas a esas personas que estuvieron en los primeros capítulos, que hicieron su papel de buenos, de malos, de maestros, de ángeles, de verdugos pero finalmente se fueron de la mejor manera. A esos personajes que hacen que el protagonista, o sea tú o yo, sea más fuerte, a esos que nos dieron lo mejor de si algún momento... a aquéllos que aprendieron a decir adios. Que Dios los bendiga. 

Creado y Escrito por R. María Aguijim