Ya sea justa o injustamente, la palabra “madrastra” tiene el estereotipo
de una mujer de no muy buenos sentimientos; por ejemplo las madrastras de
Blanca Nieves y La Cenicienta son las imágenes que para muchos viene a la mente
al escuchar esa palabra, personas que se caracterizaban por hacer la vida vida
de cuadritos a sus hijastros.
Hablando de Familias Reconstruídas reales, el papel de la madrastra
puede ser visto de muchas maneras, positivas y/o negativas, y esto depende de varios
factores como puede ser el tiempo que convives con ellos, la relación que se
tenga entre ustedes, la opinión que su
madre tenga respecto a ti y aceptémoslo, lo conveniente que sea para ellos tu
presencia. El ser madrastra requiere de
una preparación, no es algo que sea fácil ser y hacer bien y sobre todo, hay
que entender que no siempre depende de ti el lograr una buena experiencia. Es
por eso que es importante tomar en cuenta lo siguiente a fin de vivir tu “madrastridad”
de la mejor manera.
LA DECISION ES TUYA
Si bien es cierto que seguramente conocías de la existencia de tus
hijastros cuando decidiste unirte a tu pareja, también debiste o debes
establecer los términos de convivencia que quieres llevar con ellos; puede ser
que estés de acuerdo en compartir el hogar o tal vez no deseas involucrarte
demasiado y prefieres una convivencia más esporádica como por ejemplo en
períodos vacacionales y días de fiesta, o incluso, no deseas tener ningún tipo
de contacto con ellos. Con el tiempo las necesidades cambian, también es
importante hablar del futuro y las posibles modificaciones de convivencia que
pueden surgir. La decisión sobre cómo y con quién quieres vivir es tuya; obviamente
está descartado el pedirle a tu pareja que no los vea o que no se
responsabilice de ellos, pero si no estás de acuerdo en cambiar tu estilo de
vida o no consiguen llegar a un punto donde ambos se sientan a gusto, entonces es
momento de detenerse y permitir a cada uno seguir el camino que mejor le parezca.
Ahora, si ustedes ya lo hablaron y decidieron qué tipo de convivencia tendrán
con los hijastros de cada uno, hay que respetar lo más posible y no hacer
cambios drásticos que lleven a que alguno de los dos se sienta engañado o que
esto implique un cambio que no se tenía contemplado o que no se había acordado.
LOS NIÑOS REPITEN LO QUE ESCUCHAN
Cuando se trata de niños pequeños, la opinión de la madre biológica es
la única que existe y cuenta para ellos, en otras palabras, es ley. Cuando los
hijastros han recibido comentarios negativos respecto a la nueva pareja de su
padre, te conviertes en la “madrastra malvada” y esto puede desatar
comportamientos agresivos o groseros hacia a ti que te pueden molestar y hasta
causar discusiones con tu pareja, sin embargo, si usas la inteligencia emocional, analizas la situación y no respondes a las agresiones, es más
probable que esos comportamientos no te afecten y que no pasen de eso. Si por
el contrario, su madre se expresa bien o
simplemente no se hace ningún comentario respecto a ustedes, entonces los niños están abiertos a formarse un juicio de
acuerdo a su propia experiencia. Aprende
a distinguir su verdadera opinión. Trata siempre con respeto a tus hijastros y
deja el asunto en manos de quién es responsable de su educación en tu casa, es
decir, su padre.
NO TRATES DE OCUPAR EL LUGAR DE SU MADRE
Podría hasta decir que no trates ni siquiera de ser su gran amiga y no estoy
diciendo que seas su enemiga, para nada, estoy diciendo que el objetivo es que
ellos te vean como lo que eres, la pareja de su papá y que haya una relación de
respeto de ambas partes, eso como mínimo. Recuerda que ellos siempre le
guardarán fidelidad a la sangre, no trates de luchar o de ganar un lugar
que no te corresponde, hazte el tuyo
propio a través de una relación de respeto y confianza, y poco a poco llegará
el cariño.
APRENDE A ESCOGER TUS BATALLAS
Está justificado que la madre de tus hijastros opine respecto a temas
relacionados con sus hijos, sin embargo, ese es el límite y hay que dejarlo muy
claro para todos; cuando ese límite empieza a sobre pasarse y notas que quiere
intervenir en la forma en que llevas tu casa, es momento de actuar y señalarle
el lugar que le corresponde, ese es afuera. Si es inteligente y realmente su
intención no era mala, entonces lo entenderá y hasta se sentirá incómoda; si no
lo es, seguirá utilizando cualquier pretexto para seguir presente y se
molestará constantemente. Lo más adecuado es seguir adelante, saca esa molestia
de tu vida, simplemente ignórala.
DEDICATE A LO QUE REALMENTE IMPORTA
El objetivo de formar una familia reconstruida es eso, ser una familia,
en una familia hay unidad, hay confianza, hay amor, enfócate en eso
principalmente, recuerda que no hay bandos, todos están en el mismo equipo, no
hay mejor forma de educar y de que te conozcan más que con el ejemplo y la
convivencia; no luches, fluye y permítete aprender de esta experiencia, con la
convivencia todos irán adaptándose, unos con más trabajo que otros pero lo
harán siempre y cuando se mantenga el respeto, la confianza y las reglas de la
casa.
NO TE CIERRES AL AMOR
Al pasar del tiempo, a través de una relación de respeto y sana
convivencia puede llegar a generarse el cariño, está atenta a esas señales;
nunca niegues un abrazo, una palabra de consuelo o un halago si lo sientes. Cuando
tus hijastros vean que no eres un problema en sus vidas, que eres una buena
compañera para su padre y que se sienten a gusto en tu compañía, ellos
empezarán a tomar sus propias decisiones y no te extrañe recibir un abrazo
sincero.
El ser madrastra tiene momentos de alegría y de decepción, toma los
momentos como vienen, no trates de ser perfecta ni esperes la perfección en
nadie, vive el día a día con la mejor actitud y recuerda que tú eres
responsable de tu vida y de las decisiones que tomas, te sugiero que tomes aquéllas
que engrandezcan tu vida y que te hagan feliz a ti y a tu familia.
Creado y escrito por R. María Aguijim